Presentadores de la Teletón, no sean tan mezquinos.

Como es bien sabido por todos, la Teletón Costa Rica 2017 no alcanzó la meta establecida de este año que era de ¢700 millones al menos durante su transmisión entre viernes y en las primeras horas del domingo anterior, siendo ésta la segunda ocasión en la historia de este tipo de eventos en nuestro país.

Al final de la transmisión y a pesar del tradicional aporte de los Guías y Scouts de Costa Rica, los encargados de la Teletón anunciaron previo a la última pizarra que no se había llegado meta, situación que causó tristeza y desazón no solo de los animadores sino del público presente en el Gimnasio del Palacio de los Deportes en Heredia y no es para menos, pues ya había cansancio luego de extensas horas de trabajo y llegar a las 2 am del domingo sin alcanzar la meta debe dar más colera.

Pero no me ha causado asombro ni decepción que la Teletón no haya llegado a los ¢700 millones como si decepcionó que horas después de finalizada la tradicional maratonica dicembrina, varios de los animadores presentes en el evento utilizarán sus redes sociales para reprocharle al pueblo de Costa Rica que el objetivo no se cumplió este año, cuando no se percatan que el propio espectáculo y la mala organización del mismo provocó esta debacle.

La Teletón de este año superó todas mis expectativas en cuanto al total de lo recaudo hasta que finalizó la transmisión, sin embargo para los presentadores que estuvieron en el bloque de clausura les pareció poca cosa al punto de que el periodista Douglas Sánchez arremetió contra aquellos que fueron indiferentes con la Teletón y se dejó decir a través de su perfil en Facebook "Que las redes sociales le dieron voz a los ignorantes", comentario al que lamentablemente hizo eco Natalia Rodríquez y otras figuras presentes en la actividad benéfica.

Ninguno de los comentarios o puntos de vista que publicaron los animadores el domingo anterior son razones a tomar en cuenta para justificar porque la Teletón no llegó a los ¢700 millones, en Costa Rica no hay crisis económica que pueda con la Teletón (esa historia de la crisis la vengo escuchando desde que tengo 10 años), no hay Huracán Otto o Tormenta Nate que pueda con la Teletón, no hay contexto historico que pueda con la Teletón, no hay fenómeno tecnológico o de indiferencia que pueda con la Teletón, el origen de este fracaso es la paupérrima oferta televisiva que actualmente tiene Teletica y Repretel en los últimos 2 años y la poca voluntad del Club Activo 20-30 por estimular al televidente con un show a la altura de una Teletón.

Tanto la organización como los animadores no pueden ser tan irresponsables e inconscientes de reprocharnos lo que ellos mismos han provocado en los últimos años, el monto recaudado este año es una suma que debe alegrarnos todos y no veo razón de ser en ninguno de los extremos buscar culpables o provocar ese sentimiento de culpa que siempre algunas figuras del medio nacional buscan con su juego psicologico apadrinados por su club de fans con el único propósito hacer sentir mal a alguien solo para tener la mayor cantidad de likes y shares que su falta de tacto y visión les permita tener.

Yo apoyo la Teletón, sé lo que la Teletón ha hecho por este país, este país le debe mucho a la Teletón, conocí a los 12 años el Edificio de Especialidades Médicas del Hospital Nacional de Niños que se construyó con las Teletones de 1998 y 1999 si no me falla la memoria, lo que si no apoyo y me van a disculpar ustedes es el triste y deprimente espectaculo que vienen desarrollando años con año, cada año es peor que el anterior y aun asi la gente está a la expectativa de quien dona, cuanto donan y las últimas pizarras para ver si logran o no la meta establecida, pero por otro lado la programación que ofrecen los principales canales generalistas del país no invitan al costarricense a ver televisión nacional y por ende la divulgación y promoción que hagan de la Teletón a través de medios tradicionales ya no es suficiente, pues pasa desapercibida si tomamos en cuenta que el 70% de la población ahora cuenta con televisión por cable.

La Teletón debe ser fiesta, la Teletón debe ser alegría, la Teletón es ayudar, la Teletón es vocación, es pasar un buen rato en familia tanto en el lugar que se lleva a cabo como en las casas y no debe ser elemento de juicio por parte de los presentadores para culparnos de la crisis que vive la televisión nacional que obviamente, es la misma crisis que los presentadores están viviendo por la escasa oferta de contenido original que está impidiendo el surgimiento de nuevas figuras y nuevas voces dentro de los principales medios de comunicación masiva tanto en radio como en televisión como consecuencia de la concentración de medios en pocas manos, ¿hace cuanto tiempo no tenemos un locutor referente en emisoras juveniles que sea animador del famoso bloque juvenil?, ¿hace cuando tiempo dejamos ver una figura de peso como Leonardo Perucci, la Tía Flory?, inclusive los integrantes de Recreo Grande para un bloque infantil, ¿quién no recuerda aquellas Teletones cuando se presentaban la Familia Fernández o la presencia de Javier Romero?, ambos elementos del recordado programa Sábado Gigante.

Fue tan lamentable ver la presentación de un cantante de la talla de Miguel Mateos aferrado a un piano cantando y a la vez experimentando un agudo dolor de testículos que en lugar de despertar a la gente con su rock, la terminó de aburrir, ni que decir Pedro Capó, quien envió un mensaje claro que su carrera está llegando a su fin y para mantenerse vigente le pone estilo propio a canciones de Fey para mantenerse vigente en el medio, cuando ese valioso tiempo al aire pudo haber sido mejor empleado para que cantantes nacionales se dieran a conocer, estoy seguro que tienen mucho más voluntad que el tal Mateos o el tal Capó o media hora de carta de ajuste hubiera sido mejor que ese desperdicio de espectro radioelectrico.

La Teletón no merece que pase desapercibida, la Teletón no merece terminar sin llegar a la meta, la Teletón no merece animadores llorando cada 35 minutos, la Teletón no merece gente que se refugia en redes sociales para tratar de ignorantes a los que según un lector de noticia no apoyan una causa.